Última actualización: 3 de abril de 2025
La materia prima más comerciada del planeta está por todas partes y es crucial para el futuro tecnológico
Si pensabas que el petróleo, el oro o el litio eran las materias primas más valiosas del siglo XXI, es momento de replantear esta visión. Un recurso aparentemente común y abundante está emergiendo como el auténtico protagonista de la nueva revolución industrial: el agua. Pero no hablamos simplemente del agua que bebemos, sino de un concepto mucho más amplio y económicamente relevante: el agua virtual.
Según un reciente informe de DNB Asset Management, el agua se ha convertido en la materia prima más comerciada del planeta, superando incluso al petróleo cuando se considera el concepto de «agua virtual». Este término hace referencia a la cantidad de agua utilizada en la producción de bienes y servicios, y su comercio es actualmente 400 veces superior al del llamado oro negro.
¿Qué es exactamente el agua virtual y por qué es tan importante?
El agua virtual representa toda el agua que se utiliza para producir un bien o servicio a lo largo de su cadena de valor. Este concepto, aunque invisible para el consumidor final, está transformando nuestra comprensión de la economía global y el valor real de los recursos.
A diferencia del petróleo o los minerales, el agua está presente en prácticamente todos los procesos productivos, desde la agricultura hasta la fabricación de dispositivos electrónicos. Sin embargo, su valor no siempre se ha reflejado adecuadamente en los precios de mercado.
La creciente escasez de este recurso, combinada con la demanda exponencial de sectores intensivos en su uso, está elevando al agua a la categoría de «nuevo petróleo» de la economía mundial.
Inteligencia artificial y semiconductores: sedientos de agua
La revolución tecnológica actual, impulsada por los avances en inteligencia artificial, computación cuántica y dispositivos electrónicos cada vez más sofisticados, tiene un denominador común poco conocido: una sed insaciable de agua.
Fábricas de chips: las grandes consumidoras
Las cifras son asombrosas: una sola fábrica de microchips puede consumir tanta agua como una ciudad de 58.000 habitantes. Este dato, lejos de ser anecdótico, revela una de las grandes paradojas de nuestra era: la tecnología que nos permite ser más eficientes requiere cantidades colosales de un recurso cada vez más escaso.
Como señala Kristine Alm Karsrud, gestora de cartera en DNB Fund Future Waves: «Si consideramos el crecimiento de la inteligencia artificial y el mercado de semiconductores, está claro que la demanda de agua seguirá aumentando». Y es que cada chip de alta precisión necesita agua ultrapura para su fabricación, un recurso mucho más valioso que el agua potable convencional.
Centros de datos: el otro gran consumidor
Si los chips son sedientos, los centros de datos que albergan la creciente infraestructura de la nube y la inteligencia artificial no se quedan atrás. Según un informe especializado de ING, el consumo de agua de los centros de datos ha aumentado significativamente en todo el mundo, pasando de 738 millones de litros en 2015 a más de 840 millones de litros en 2021.
En Estados Unidos, donde se encuentra aproximadamente el 25% de los centros de datos del mundo, un centro de tamaño medio utiliza unos 1,1 millones de litros de agua al día, equivalente al consumo de 100.000 hogares.
El problema del estrés hídrico en zonas tecnológicas
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las grandes empresas tecnológicas es la ubicación geográfica de sus instalaciones. Muchos centros de datos y fábricas de semiconductores se encuentran en zonas donde las fuentes de agua son escasas.
Los datos son reveladores: en 2022, el 23% de las extracciones de agua dulce de Microsoft y el 18% de las de Google procedían de zonas con estrés hídrico. Esta situación plantea un dilema estratégico para estas compañías, que deben equilibrar sus necesidades operativas con la sostenibilidad ambiental y las relaciones con las comunidades locales.
Las soluciones que están implementando las grandes tecnológicas
Conscientes del desafío que representa su consumo de agua, empresas como Microsoft y Google están implementando estrategias para mitigar su impacto:
Compromisos ambiciosos
Microsoft ha anunciado su plan para ser «agua-positiva» para 2030, lo que implica:
- Reducir su consumo de agua
- Reponer más agua de la que utiliza
- Proporcionar acceso a servicios de agua y saneamiento
- Participar activamente en la política del agua
Técnicas de eficiencia hídrica
Las principales prácticas que están implementando incluyen:
- Reciclado del agua
- Modernización de los sistemas de refrigeración
- Investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras
Sin embargo, como señalan los analistas de ING, «queda mucho camino por recorrer para reponer más de lo que se consume». Google, por ejemplo, es una de las pocas empresas que ha informado que repondrá el agua dulce que consume, pero solo alcanzó un 6% de reposición en 2022.
El problema de la transparencia
Existe una preocupante falta de información sobre el consumo de agua en el sector tecnológico. Aunque cada vez más centros de datos y empresas tecnológicas gestionan activamente este aspecto, la información sobre el consumo hídrico no está tan extendida como la relativa al consumo eléctrico o la eficiencia energética.
Los expertos coinciden en que es necesaria una mayor transparencia y métricas estandarizadas que permitan comparaciones entre empresas del sector. Esta demanda de información está empezando a extenderse también entre los inversores, especialmente aquellos interesados en productos financieros sostenibles.
Oportunidades de inversión en el «oro azul»
El creciente valor del agua está creando interesantes oportunidades de inversión en diversos sectores. Según Karsrud, de DNB, mientras las inversiones privadas en nuevas fábricas de chips ascienden a más de 2.270 millones de dólares, la infraestructura relacionada con el agua podría absorber entre 110.000 y 180.000 millones.
Tres nichos de inversión prometedores
- Agua ultrapura: Esencial para la fabricación de semiconductores, donde cada microcomponente debe limpiarse sin el más mínimo margen de error. Las empresas que dominan las tecnologías de purificación avanzada están en una posición privilegiada.
- Filtración avanzada: Las técnicas como la nanofiltración u ósmosis inversa permiten reutilizar cada gota de agua, un factor crítico en zonas con estrés hídrico. Este mercado está experimentando un crecimiento exponencial.
- Desalinización: A medida que las fuentes de agua dulce se vuelven más escasas, la capacidad de convertir agua de mar en agua utilizable se convierte en una tecnología estratégica, especialmente para regiones áridas que albergan centros tecnológicos.
«Las empresas que desarrollen soluciones eficientes de gestión y reutilización del agua estarán bien posicionadas para captar el crecimiento de la industria de semiconductores y centros de datos», concluye Karsrud.
Implicaciones para el mercado de materias primas
El reconocimiento del agua como recurso estratégico está modificando los equilibrios tradicionales en el mercado de materias primas. Si durante el siglo XX el petróleo determinó relaciones geopolíticas y flujos comerciales, el agua virtual podría desempeñar un papel similar en las próximas décadas.
Algunas consecuencias que ya podemos observar:
- Valoración de activos: Las empresas con acceso a recursos hídricos abundantes están viendo revalorizadas sus posiciones.
- Comercio internacional: La huella hídrica de los productos está comenzando a influir en los patrones comerciales globales.
- Nuevos derivados financieros: Están surgiendo instrumentos financieros vinculados al precio del agua y su disponibilidad.
- Regulación creciente: Los gobiernos están implementando normativas más estrictas sobre el uso del agua en procesos industriales.
El futuro del agua virtual en la economía global
La importancia del agua virtual continuará creciendo en los próximos años, impulsada por varios factores:
- Expansión tecnológica: El crecimiento de la IA, el Internet de las Cosas y la computación cuántica aumentará la demanda de semiconductores y centros de datos.
- Cambio climático: La creciente escasez de agua en muchas regiones incrementará su valor estratégico y económico.
- Conciencia del consumidor: Los consumidores empiezan a considerar la huella hídrica de los productos en sus decisiones de compra.
- Presión inversora: Los fondos ESG (Environmental, Social, and Governance) están poniendo el foco en la gestión del agua como factor determinante en sus decisiones de inversión.
Conclusión: un nuevo paradigma económico
El agua virtual representa mucho más que un recurso natural; es un nuevo paradigma para entender la economía global del siglo XXI. Su gestión eficiente será determinante para el desarrollo tecnológico, la sostenibilidad ambiental y la estabilidad geopolítica.
Las empresas, inversores y gobiernos que comprendan la importancia estratégica del agua virtual estarán mejor posicionados para navegar en este nuevo escenario económico. Como sucedió con el petróleo en el siglo XX, el agua está destinada a convertirse en el recurso que defina las relaciones económicas y políticas de nuestra era.
En un mundo sediento de innovación tecnológica, el agua ya no es solo fuente de vida, sino también el combustible invisible que impulsa la economía digital. Su gestión sostenible representa uno de los mayores desafíos y oportunidades de nuestro tiempo.
Este artículo tiene carácter informativo y no constituye asesoramiento de inversión. Antes de tomar decisiones financieras basadas en esta información, consulte con un asesor financiero cualificado.