Última actualización: 20 de agosto de 2025
Cómo aprovechar la nueva ley que aligera las cargas contables para pymes: guía práctica para optimizar recursos y mejorar la gestión interna
Recientemente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado luz verde a una reforma que supone un cambio significativo para miles de pequeñas y medianas empresas (pymes) en España: la reducción de las exigencias en materia de información corporativa y la posibilidad de dejar de auditarse para muchas de ellas. Esta reforma, además de simplificar procesos, representa una oportunidad para los propietarios y gestores de pymes de optimizar recursos y hacer la gestión contable más eficiente sin perder transparencia ni control financiero.
Contexto de la reforma y su impacto
Hasta ahora, muchas pymes estaban obligadas a auditar sus cuentas para cumplir con la normativa vigente. Esta obligación implicaba costes elevados que no siempre compensaban en función del tamaño y facturación de la empresa. La nueva ley reduce estas cargas contables, eximiendo de auditorías a un amplio segmento de empresas que cumplen ciertos parámetros económicos, como límites en el volumen de negocio, total de activos y número de empleados.
Fuentes adicionales como El País y ABC Economía confirman que esta medida busca aliviar las cargas administrativas para que las pymes puedan dedicar más esfuerzo y recursos a su actividad principal y crecimiento. Además, la propia CNMC señala que la modificación no genera riesgos para la competencia ni afecta la transparencia del mercado.
¿A quién afecta la reducción de auditorías?
Esta nueva normativa está dirigida principalmente a pymes que no superen dos de los siguientes criterios en dos ejercicios consecutivos:
- Volumen neto de negocio inferior a 10 millones de euros.
- Total de activos por debajo de 5 millones de euros.
- Empleados inferiores a 50.
Si una empresa cumple estas condiciones, ahora podrá evitar la auditoría externa que antes era obligatoria, reduciendo así costos que pueden oscilar entre 3.000 y 15.000 euros anuales, dependiendo del tamaño y complejidad del negocio.
Cómo aprovechar esta reforma para mejorar la gestión financiera
1. Revisar y adaptar procesos contables internos
Aun cuando una pyme esté exenta de auditar sus cuentas, debe mantener una contabilidad ordenada y fiable. Este es el momento ideal para revisar los procesos contables y apostar por sistemas de gestión digital que mejoren la eficiencia y permitan un control exhaustivo de las finanzas. Herramientas como software de contabilidad en la nube pueden reducir errores y facilitar informes en tiempo real.
2. Invertir el ahorro en formación y control interno
El dinero que anteriormente se destinaba a auditorías externas puede ser redirigido a capacitar al equipo financiero en nuevas normativas, análisis de costes y gestión presupuestaria. Además, fortalecer los controles internos ayuda a mantener la transparencia y detectar posibles errores o fraudes antes de que se conviertan en problemas.
3. Mantener la transparencia y la comunicación con stakeholders
Aunque la ley reduzca la obligación de auditar, no significa que los propietarios y gestores puedan relajarse en cuanto a la claridad y transparencia con socios, inversores o entidades financieras. Mantener una comunicación clara sobre la salud financiera de la empresa sigue siendo clave para generar confianza y facilitar la obtención de financiación cuando sea necesaria.
4. Ajustar el plan financiero a la nueva realidad
La reducción en costos fijos contables permite liberar presupuesto para inversiones en áreas estratégicas como tecnología, marketing o expansión. Esto, combinado con una gestión financiera mejorada, puede impulsar el crecimiento sostenible de la pyme.
Ejemplo práctico: una pyme de alquiler de vehículos
Imaginemos una pyme dedicada al alquiler de vehículos con 40 empleados, un volumen de negocio anual cercano a 8 millones de euros y activos valorados en 4 millones. Antes de la reforma, esta empresa destinaba unos 10.000 euros anuales a auditorías contables. Con la nueva normativa, puede prescindir de esta auditoría, recuperar esos 10.000 euros y destinarlos a implementar un sistema de control interno digital que permita un seguimiento diario de gastos, ingresos y mantenimiento del parque móvil.
Además, el equipo financiero recibe formación específica para optimizar la gestión de la tesorería, reduciendo problemas de liquidez durante meses bajos. El resultado es una pyme con mejores procesos internos, más ahorro y mayor capacidad de adaptación sin sacrificar la confianza de sus socios ni clientes.
Pasos prácticos para adaptarse a la nueva normativa
- Consultar con el asesor fiscal o contable para confirmar si la empresa cumple los requisitos para la exención de auditoría.
- Actualizar los sistemas contables para que sean eficientes, automatizados y cumplan con los requisitos legales.
- Planificar el presupuesto liberado para inversiones en tecnología financiera y formación del equipo.
- Mantener informes financieros periódicos y transparentes para socios y entidades financieras.
- Auditar internamente periódicamente con recursos propios para mantener la calidad de la información financiera.
Conclusión
La reducción de las cargas contables para pymes es una oportunidad para reinventar la gestión financiera interna, optimizar recursos y aumentar la capacidad de crecimiento. Más que una excusa para simplificar sin control, esta reforma debe ser vista como un punto de partida para fortalecer la autonomía y transparencia de cada pyme.
Los propietarios y gestores que mejor aprovechen esta medida serán aquellos que inviertan en procesos eficientes, formación constante y comunicación clara, asegurando así un futuro financiero más sólido y sostenible.
Para más información, puedes consultar la noticia original en Expansión.