El espejismo fiscal español: análisis del déficit estructural en un contexto de recaudación récord

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Última actualización: 3 de abril de 2025

La falacia de la consolidación fiscal incompleta

El Ministerio de Hacienda ha presentado los datos de cierre presupuestario de 2024, situando el déficit público en el 2,8% del PIB, equivalente a 44.597 millones de euros. Este dato se ha acompañado de una narrativa triunfalista que celebra la reducción desde el 3,5% de 2023, presentándolo como evidencia de un «saneamiento de las cuentas públicas». Sin embargo, un análisis económico riguroso revela que esta interpretación constituye un espejismo fiscal que enmascara desequilibrios estructurales profundos en la economía española.

La reducción del déficit se ha producido en un contexto económico excepcionalmente favorable: un crecimiento del PIB del 3,2% y una recaudación tributaria récord de 294.734 millones de euros, un 8% superior a la del ejercicio anterior. Esta coyuntura debería haber permitido una consolidación fiscal mucho más ambiciosa que la observada. El simple mantenimiento de un déficit sustancial en estas circunstancias ideales anticipa una situación potencialmente catastrófica cuando el ciclo económico se invierta.

Análisis de elasticidades y sensibilidades fiscales

La relación entre el crecimiento económico, la recaudación fiscal y el déficit público revela ineficiencias sistémicas en el modelo presupuestario español. La elasticidad de la recaudación respecto al PIB se ha situado en torno a 2,5 (un crecimiento del PIB del 3,2% ha generado un aumento de recaudación del 8%), lo que indica una alta sensibilidad recaudatoria al ciclo económico. Sin embargo, esta extraordinaria capacidad de captación de recursos no se ha traducido en una reducción proporcional del déficit, que apenas ha disminuido 0,7 puntos porcentuales.

Este fenómeno evidencia lo que en economía pública se conoce como «efecto desplazamiento» o «crowding out» del gasto: cada incremento marginal de los ingresos públicos es rápidamente absorbido por nuevos compromisos de gasto, neutralizando la potencial mejora del saldo presupuestario. La deriva hacia la expansión continua del perímetro de gasto público impide que los periodos de bonanza económica se traduzcan en superávits que compensen los déficits de los periodos recesivos.

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Descomposición del déficit estructural vs. cíclico

Un análisis técnicamente riguroso requiere diferenciar entre el déficit cíclico (el derivado de la posición de la economía en el ciclo económico) y el déficit estructural (el que persiste incluso en condiciones de pleno empleo y crecimiento potencial). Siguiendo las metodologías de la Comisión Europea y del FMI, podemos estimar que el déficit estructural español se sitúa entre el 2,5% y el 3% del PIB, lo que significa que incluso en condiciones económicas óptimas, España seguiría incurriendo en un desequilibrio presupuestario significativo.

La reducción observada del déficit total (del 3,5% al 2,8%) refleja principalmente mejoras en el componente cíclico debido al favorable entorno macroeconómico, mientras que el componente estructural permanece prácticamente inalterado. Esta distinción es crucial, pues mientras el déficit cíclico se corrige automáticamente con la recuperación económica, el estructural requiere reformas profundas que ningún gobierno ha tenido la determinación de acometer.

La insostenibilidad de la deuda en el medio plazo

La acumulación de déficits ha llevado a una deuda pública que supera el 101% del PIB, a pesar de que el efecto denominador del fuerte crecimiento nominal ha contribuido a moderar su ratio. La dinámica de la deuda española se mantiene en una trayectoria insostenible a medio plazo, especialmente considerando tres factores críticos:

  1. Sensibilidad a los tipos de interés: El coste medio de la deuda española ha aumentado progresivamente con la normalización de la política monetaria. Cada punto porcentual de incremento en el coste medio supone aproximadamente un 1% del PIB en gasto adicional anual por intereses en el medio plazo.
  2. Vulnerabilidad ante el envejecimiento demográfico: Las proyecciones actuariales del sistema de pensiones indican un incremento del gasto de entre 3 y 4 puntos del PIB en las próximas dos décadas, presión que el actual marco fiscal no está preparado para absorber.
  3. Ineficacia del marco institucional: El sistema de reglas fiscales español ha demostrado ser incapaz de disciplinar efectivamente las finanzas públicas, con continuos incumplimientos y relajaciones de objetivos.

El análisis comparativo internacional

La posición fiscal española resulta aún más preocupante cuando se contextualiza internacionalmente. Mientras países como Alemania han aprovechado los años de crecimiento para alcanzar el equilibrio presupuestario (incluso superávits en algunos ejercicios), e Irlanda ha reducido su ratio de deuda por debajo del 50% del PIB, España ha mantenido déficits significativos incluso en los mejores años del ciclo económico.

Dentro de la eurozona, solo Italia, Francia, Bélgica y Grecia presentan una combinación similar de alto endeudamiento y déficit estructural persistente. Esta comparativa revela un patrón de indisciplina fiscal que contrasta con los países que han implementado reformas estructurales efectivas.

Las deficiencias microeconómicas del gasto público

El análisis macroeconómico debe complementarse con una evaluación microeconómica de la calidad y eficiencia del gasto público. Datos de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) indican que:

  1. España carece de una evaluación sistemática de la eficiencia del gasto público, con menos del 20% de los programas presupuestarios sometidos a análisis de coste-beneficio.
  2. Existen solapamientos significativos entre administraciones que generan ineficiencias estimadas en torno al 0,8-1,2% del PIB.
  3. La proliferación de organismos, observatorios y empresas públicas ha aumentado el gasto estructural sin evidencia clara de mejora en la provisión de servicios.
  4. Los programas de subvenciones y transferencias rara vez incorporan mecanismos de evaluación de resultados y criterios de temporalidad.

El sistema tributario: entre la presión fiscal y la eficiencia recaudatoria

El récord de recaudación de 2024 (294.734 millones de euros) ha sido posible gracias a una combinación de crecimiento económico y aumento de la presión fiscal efectiva. Sin embargo, el sistema tributario español presenta disfuncionalidades estructurales que limitan su capacidad para financiar sosteniblemente el Estado del Bienestar:

  1. Alta imposición sobre el factor trabajo: Los tipos marginales sobre las rentas del trabajo y las cotizaciones sociales sitúan a España entre los países con mayor cuña fiscal laboral, desincentivando la creación de empleo y favoreciendo la economía sumergida.
  2. Complejidad normativa: La multiplicidad de regímenes especiales, deducciones y bonificaciones genera costes de cumplimiento estimados en más del 3% de la recaudación total.
  3. Elevada evasión fiscal: La economía sumergida representa entre el 17% y el 20% del PIB según diversos estudios, muy por encima de la media de los países avanzados.
  4. Falta de neutralidad: El tratamiento diferencial entre diversos tipos de renta y activos distorsiona las decisiones económicas y reduce la eficiencia asignativa.
  5. Presión fiscal asimétrica: La carga tributaria recae desproporcionadamente sobre bases imponibles cautivas (trabajo por cuenta ajena, consumo interno), mientras que otras formas de renta y riqueza gozan de un tratamiento más favorable.

La reforma estructural pendiente: propuestas para la sostenibilidad fiscal

La superación del espejismo fiscal requiere reformas estructurales profundas que aborden simultáneamente las dimensiones de gasto e ingreso:

Reformas del marco institucional

  1. Regla de gasto vinculante: Implementar un límite al crecimiento del gasto público ligado al crecimiento potencial de la economía, con mecanismos automáticos de corrección.
  2. Autoridad fiscal independiente reforzada: Dotar a la AIReF de capacidad vinculante para establecer escenarios macroeconómicos y evaluar el impacto presupuestario de medidas legislativas.
  3. Transparencia presupuestaria: Establecer un sistema integral de contabilidad de costes en todas las administraciones públicas.
  4. Marco de evaluación de políticas públicas: Generalizar los análisis coste-beneficio y las evaluaciones de impacto ex-ante y ex-post.

Reformas del gasto público

  1. Revisión integral del gasto (spending review): Análisis sistemático de todos los programas de gasto bajo criterios de eficiencia, eficacia y equidad.
  2. Rediseño administrativo: Eliminar duplicidades entre niveles de gobierno y racionalizar el sector público empresarial.
  3. Reforma del sistema de pensiones: Implementar ajustes paramétricos que garanticen la sostenibilidad actuarial, incluyendo la vinculación de la edad de jubilación a la esperanza de vida.
  4. Presupuestación por resultados: Vincular las asignaciones presupuestarias al logro de objetivos medibles.

Reformas del sistema tributario

  1. Simplificación normativa: Reducir exenciones, deducciones y regímenes especiales para ampliar las bases imponibles.
  2. Reequilibrio de la carga fiscal: Reducir la imposición sobre el factor trabajo y aumentar la imposición sobre externalidades negativas (contaminación, congestión).
  3. Modernización de la administración tributaria: Incrementar recursos y capacidades tecnológicas para reducir la economía sumergida.
  4. Coordinación fiscal internacional: Participar activamente en iniciativas multilaterales contra la elusión fiscal agresiva.

Conclusión: más allá del espejismo fiscal

La situación de las finanzas públicas españolas es sustancialmente más frágil de lo que sugiere la narrativa oficial. El déficit del 2,8% del PIB en un año de crecimiento excepcional y recaudación récord revela un desequilibrio estructural profundo que compromete la sostenibilidad fiscal a medio plazo y reduce el margen de maniobra ante futuras crisis.

La verdadera consolidación fiscal no consiste en reducciones marginales del déficit en años de bonanza, sino en reformas estructurales que garanticen la sostenibilidad del sistema en todo el ciclo económico. La experiencia internacional demuestra que las naciones que han implementado reformas valientes han logrado combinar sostenibilidad fiscal con mantenimiento de servicios públicos de calidad.

España se encuentra ante una oportunidad única para acometer estas reformas desde una posición de fortaleza económica relativa. Desaprovechar este momento esperando que el crecimiento por sí solo resuelva los desequilibrios estructurales sería perpetuar un espejismo fiscal que inevitablemente se desvanecerá con el próximo cambio de ciclo económico.

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Javier Alonso Méndez
Economista especializado en política fiscal y análisis macroeconómico. Licenciado en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en consultoras de análisis económico. Colaborador habitual en medios especializados y autor de "La trampa fiscal: Análisis crítico del sistema tributario español". Sus análisis se centran en la eficiencia del gasto público, reformas fiscales pro-crecimiento y el impacto de la regulación en la competitividad empresarial.
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